Aunque actualmente Venezuela se encuentra produciendo en torno a los 690 Mb/d (April OPEC Monthly Oil Report Market), nuestro país disminuyó su producción petrolera a un mínimo histórico, y para junio de 2.020 se ubicaba en 356 Mb/d (niveles de la década de 1.930), cifras inaceptables para la otrora potencia petrolera del caribe, y nada comparables con los 3.200.000 b/d que Venezuela aportaba al mercado energético en 1.997.
Ante esta drástica caída productiva, tanto el gobierno de Venezuela, como los ejecutivos de Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA) han anunciado en repetidas ocasiones planes de «Recuperación de Producción» o «Comisiones Externas para Intervenir y Reactivar la Industria Petrolera» que solo han quedado en eslogan y tecnicismos, y no han alcanzado las metas de producción prometidas. Sin embargo, ante el leve repunte productivo nos surge la duda, ¿puede efectivamente Venezuela alcanzar sus antiguos niveles de producción con la vigente Ley Orgánica de Hidrocarburos o necesita una reforma de la precitada Ley?
Potencial petrolero
Según un informe del Instituto Baker de la Universidad William Marsh Rice, en Houston (Texas), Venezuela podría aumentar su producción hasta alrededor de 1 millón de b/d en corto plazo y recuperar un nivel de 2,5 millones de b/d en una década. No obstante, para lograr estos niveles de producción se necesitaría inversiones por alrededor de 10.000 millones de dólares anuales, un monto de inversión que muy difícilmente podrá aportar solo PDVSA o el Estado, si tomamos en cuenta las circunstancias políticas y sociales actuales (Alta Deuda pública de Venezuela, impagos o default de PDVSA desde el 2.017, entre otros). Ante tal escenario, es indudable que la clave para la recuperación de la producción en Venezuela, será su capacidad para atraer inversión privada, y para esto requiere promulgar urgentemente un nuevo régimen legal ajustado a las circunstancias actuales. Sin embargo, es importante aclarar que una reforma a la LOH, no es suficiente en sí misma, para resolver la incidencia legal sobre el problema productivo. Aún en los términos correctos, no solo se deben sustituir algunas disposiciones de la Ley, si no «modificar el sistema legal que regula hoy toda la actividad de la Industria Petrolera».
Problemáticas normativas
Es decir, en Venezuela rige hoy un sistema de «control total» de todas las actividades (directas, inherentes y conexas) que es ineficiente, y altamente burocrático, entorpeciendo la labor operativa y restando seguridad jurídica para atraer a los inversionistas, al obligarlos a entregarle el dinero a PDVSA para que sea ella quien opere las empresas mixtas. Por lo tanto, debemos sustituir el sistema de control total, por un «sistema de inversión efectiva», que genere las condiciones jurídicas apropiadas para la inversión nacional y extranjera, y desburocratice las actividades administrativas (Contratación de bienes y servicios, control fiscal, inversiones, entre otras).
Por ejemplo, observamos que la ley vigente prohíbe la explotación directa por empresas privadas, dejando solo la posibilidad de la conformación de empresas mixtas, en las cuales el Estado debe tener una participación accionaria mayor al 50%. Además, impone una tasa de regalías del 30%, y un Impuesto Sobre la Renta del 50%. Como efecto directo de la regulación anterior, se anula la posibilidad que PDVSA seleccione los proyectos de inversión que verdaderamente le interesen bajo el mecanismo de explotación directa, y que por otro lado, pueda otorgar a empresas privadas (Con la opción de constituir EEMM con diferentes porcentajes accionarios) la explotación de campos y captar la inversión requerida. Sobre el tema fiscal, se requerirá la modificación del régimen actual de Hidrocarburos, generando mayor competitividad a través del otorgamiento de incentivos para la explotación de los distintos tipos de Hidrocarburos (Crudo extrapesado, campos no convencionales, entre otros).
El nuevo sistema legal deberá otorgar protecciones y garantías a los inversionistas nacionales y extranjeros, alentando la inversión segura, rentable y sostenible en el tiempo. Igualmente debe contener un fuerte marco regulatorio para que las inversiones de PDVSA y cualquier otra empresa petrolera puedan ser auditadas de manera transparente. Las palabras claves para el futuro de la Industria Petrolera Venezolana son «Inversión y Estabilidad».